miércoles, 13 de febrero de 2013

retazo de una intención

cuando comenzaba ansiaba terminar. era un obsesionado de los extremos. por eso amaba y odiaba en el mismo gesto y se contradecía constantemente. mantenía una vida social agetreada de la que solía huir, volviendo únicamente cuando la devastadora soledad de su intimidad lo asfixiaba. Le resultaba natural seguir esa línea de acción a pesar de tener que dar alguna que otra explicación. Desde los doce años exploró y profundizó en los opuestos. No entendía a esos bobos que, después de leer muchos libros de espiritualidad, mantenían que el camino hasta llegar a la meta era lo importante. Se notaba que ellos nunca la habían alcanzado. A sus 36 años, colmado de comienzos y finales tomó una decisión. Ser consecuente es digno de orgullo y admiración....

A sus 36 años se suicidó.

sus amigos dijeron que era un tipo raro y extravagante. Su familia lo culpó.

* quizás es algo drástico pero me viene como anillo al dedo. Hoy en día no es digno de orgullo y admiración ser consecuente con uno mismo. Hay que ser consecuente con lo que opinan los demás o serás un paria.

adoro ser un paria.

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