Una vez más, el aire sopló en su contra.
Su pelo bailó acariciando su espalda. Despejó sus ojos.
Sonrió ampliamente mientras pensaba que, a veces, cuando el viento es a favor, te empuja sin pedir permiso.
Su pelo bailó acariciando su espalda. Despejó sus ojos.
Sonrió ampliamente mientras pensaba que, a veces, cuando el viento es a favor, te empuja sin pedir permiso.
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