Ahora solo pienso en la SANGRE.
En la tuya no hermano, tampoco en la mía, ya bastante hemos derramado.
Pero sí en la que podríamos conseguir los dos.
La sangre de aquellos que hablan sin saber,
que GOBIERNAN sin perder,
que asfixian con desdén.
La sangre de los que ocupan esta pirámide, de los que nos tiran piedras desde arriba.
De los que están derramando mi sangre y de los que derramarán la tuya.
Pq nosotros sostenemos esta pirámide y el vértice es realmente muy pequeño.
Seamos conscientes de que allí no hay hueco para muchos y que MUCHOS SOMOS NOSOTROS.
Que sin la base no hay una ecuación y que nosotros PODEMOS ajustarla a nuestras necesidades.
Y LUCHEMOS.
¿¿Hasta cuando aguantaréis hermanos??
la sangre está llamando a mi puerta.
Si en la vuestra aún no se ha presentado, no esperéis a que llegue.
SALID A LA CALLE A BUSCARLA!