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Mira hacia las entrañas. Las que se retuercen según el paso.

Deja de ignorarlas.

Escucha los gritos que has silenciado durante tanto tiempo. 

Inspira profundamente. 

Mira tus manos y pasea por todas y cada una de las marcas. Los errores y aciertos. 

Inspira profundamente. 

Mira tu reflejo. Cada arruga de la piel. Las que formó el tiempo, la tristeza y la alegría. 

E inspira hasta que sientas dolor, y expúlsalo despacio, muy despacio, como si te negaras a desprenderte de la última bocanada. 

Acaricia tu cuerpo y acepta los fallos y deja que la niebla se expanda libremente. 

E inspira sin prisas, sin temores, sin límites, sin preocupación.

E invita a los que quieres a inspirar, a ventilar y a aceptar la niebla,.

Pq todos necesitamos mirar hacia las entrañas. 

Mirar nuestras manos, inspirar y respirar para poder ver a los demás con la sabiduría que requiere el entendimiento.