miércoles, 13 de febrero de 2013

Por el sexo sin amor




El vino colmó mi boca

El viento cantó más fuerte.

en su pecho brilló el almíbar.

y el susurro de oro arropó sus ojos.

el vino colmó tu boca

y en el espasmo furioso que pare la tormenta,


los pájaros dejaron de volar.


Es la tímida risa que tienta la piel,


es el reverdecer de la locura.

Derramado queda entre manos extrañas


ese néctar especiado por la noche.


Cálido como el abrazo de dos pasiones,

fugaz como su mirada.


Derramado se pierde en un despiste del pensamiento,


privado queda de una suave y vasta existencia.


Pq un sorbo no deja de ser escaso


y el intento no deja de ser inepto.

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