equilibrando y sin que se despeine el moño
Cuando el silencio se comparte y envuelve a los que lo comparten, y no existe una necesidad agobiante de comunicar o de hacer y solo queda eso, el silencio compartido. Cuando hablar resulta prescindible e incluso inapropiado, cuando no es necesario ni tan si quiera mirarse simplemente estar, estar de todas las formas posibles, pero estar. Es ahí cuando descubres la verdadera complicidad y compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario